"La Copa Santander Libertadores 2011 aún no tiene un ganador, pero en la taquilla, ya coronó a un campeón", se lee en el comienzo de un artículo publicado por la Confederación Sudamericana de Fútbol en su sitio oficial en Internet. Claro está, aquella referencia es para Peñarol, el equipo de mayor convocatoria a lo largo de la Copa y que se aseguró que sus siete partidos de local (incluida la final a jugarse el miércoles) terminen en el "top ten" de entradas vendidas.
Hasta las semifinales, Peñarol vendió 280.549 entradas (42.455 ante Liga, 43.179 ante Godoy Cruz, 51.989 frente a Independiente, 43.472 frente a Internacional, 46.550 ante Universidad Católica y 52.904 frente a Vélez), con un promedio de 46.758 entradas por partido. Y todo indica que la final ante Santos pasará a ser el partido con mayor venta, por lo que el promedio aumentará y será el mejor de un equipo desde que, en 2008, Fluminense vendió 51.080 por juego.
En las últimas tres ediciones de la Libertadores, los equipos más taquilleros fueron brasileños: Fluminense, Cruzeiro e Internacional. Quien rompió esa hegemonía fue Peñarol en este 2011.
Hasta que terminaron los partidos de ida de las semifinales -la Conmebol divulgará los detalles del resto una vez finalizado el torneo- se vendieron 2.102.001 entradas, con un promedio de 15.687 entradas por partido. Mientras la hinchada de un aurinegro (Peñarol) le dio grandes espectáculos a América, la de otro aurinegro (Guaraní de Paraguay) defraudó: vendió 1.497 entradas en tres encuentros.
Peñarol volvió a la Libertadores. Se notó en las tribunas.
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